jueves, 28 de noviembre de 2013

Los rigores del frío

20 días sin poder coger la bici por culpa principalmente del cierzo eran muchos, y aunque me he podido desquitar parcialmente por el hecho de haber empezado con el running, al final las ganas se han impuesto a todas las circunstancias que desaconsejaban la salida de hoy. En primer lugar, desde luego, el frío. -2º a la salida de casa, a eso de las 9:30.

Abrigado con todo lo que tengo para estas ocasiones, he salido por Cogullada dirección Villanueva de Gállego. La idea era llegar a Ontinar, o al menos, al polígono que hay saliendo de Zuera, pero al poco de abandonar Villanueva, he sentido dolores en los pies debidos al frío, además de insensibilidad en la mitad delantera.

Hay que tener en cuenta que, a los -2º cabe sumar una ligera brisa, que todavía se acentúa más a 23 o 24 km/h sobre una bici. La sensación térmica era de varios grados por debajo.

El haberme llevado ya algunos sustos con el frio en otras ocasiones ha hecho que me replanteara la ruta. En realidad, poco íbamos a ganar con hacer 60 o 70 km totalmente llanos, a estas alturas de la temporada, sufriendo mucho y disfrutando poco. Así que me he dado la vuelta, y a la entrada de nuevo en Villanueva he hecho la parada, café y vuelta a Zaragoza.

No ha dado para más, 34 km. finalmente. Ya hace media hora que estoy en casa, y sigo con los pies fríos. Y es que, a partir de cierta temperatura, no merece la pena salir.

Aun así, me quedo con lo positivo. Tras 20 días sin tocar la bici, las piernas no me han dado ningún síntoma de cansancio, así que creo que hubiera hecho los 70 km a Ontinar sin demasiadas dificultades. Eso sí, habrá que esperar días más propicios.

Saludos.
Adrián.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Objetivo cumplido

A principio de año, y a partir de las salidas de 2012, me fijé como meta los 4.000 km para final de 2013. Tras el parón de abril y mayo, debido a la lesión, pensé que me iría bastante justo para cubrirlo, pero un verano atípicamente largo ha hecho que haya podido aprovechar hasta hoy con un tiempo realmente envidiable, y hoy, a más de mes y medio para terminar 2013, he superado la barrera 4.000:


Lo que me lleva a pensar hasta dónde podría haber llegado sin el citado contratiempo... pero bueno, ya iremos comprobando en años posteriores.

La ruta en sí ha tenido bastante poca sustancia, salida de Zaragoza por Peñaflor a Leciñena, y vuelta por el mismo recorrido. Podríamos haber hecho la vuelta por Villamayor, pero como esa carretera la tiene tomada con mi bici, la evito siempre que es posible. Las dos terceras partes de los pinchazos que he tenido han sido en esa carretera, y eso que las salidas por ella no serán más del 10%. Sin ir más lejos, he pinchado las tres últimas veces que he pasado por allí.

Más miga, sin llegar a ser tampoco nada del otro mundo, tuvo la salida del sábado (de la cual debería haber hecho crónica aparte... pero la pereza me pudo). Pisando terreno nuevo para mí, Julián me llevó a Remolinos, por la carretera de Logroño. Un débil cierzo nos dificultó la ida, que de otra forma hubiera sido tranquila, dado el trazado completamente llano. A destacar las minas de sal situadas justo antes de la entrada al pueblo:

Minas de sal de Remolinos

Y posteriormente, foto con el cartel del pueblo (donde figuran las minas que dejamos atrás):


Poco más queda ya esta temporada, hasta que vuelva el buen tiempo y empiece a alargar el día, allá por febrero. Mientras, sólo ir manteniendo la forma, en la medida de lo posible, mientras los meses de invierno. Aun así, todavía tengo en mente alguna salida un poquito más larga, veremos si se puede hacer (si no se me echa el invierno encima, que todos sabemos cómo se cambia de estación por Zaragoza...)

Seguiremos contando.

Saludos.