lunes, 19 de mayo de 2014

Por la Sierra de Erla y Las Pedrosas

Ha amanecido muy pronto esta mañana, a pesar de no cenar ayer en casa y de que todo apuntaba a quedarse en la cama por lo tarde que terminó el día, pero todavía no eran las 7 cuando he abandonado las sábanas (mi esfuerzo me ha costado) y me he preparado para comenzar la salida de hoy.

La idea era salir a las 7:30 de la mañana, aprovechando que amanece ya muy temprano y se puede aprovechar más el día. Pero al final me he retrasado un poco, (cosas que pasan cuando tienes sueño, que el tiempo pasa volando) y he acabado saliendo a las 7:50. La mañana está más fresca de lo que esperaba, pero confío en que el sol acabe siendo mi aliado al poco rato, y arranco con un poco de frío.

Me dirijo a Villanueva, todavía con varias ideas en la cabeza, sin saber muy bien por dónde tirar. Finalmente, y como ya hacía tiempo que no pasaba por allí, decido dirigirme a Castejón de Valdejasa.

Nada más entrar en la carretera de Castejón, me encuentro la primera sorpresa. Resulta que el firme que habían dejado, con las líneas pintadas en amarillo, no va a ser el definitivo (de ahí que estuviera con lineas amarillas de obras), aunque aquí en Aragón nunca sabe uno a qué atenerse. Los primeros kilómetros están cubiertos con otra capa más de asfalto, esta sí preparada para pintar las líneas en blanco.

Asfalto definitivo (imagino...)

Este ya es el cuarto asfalto que piso por aquí desde que comenzaron las obras... Es un poco más fino que el anterior, y el rodaje sobre él es bastante más cómodo. Al poco rato, vuelve el piso anterior, ya que este todavía no está muy extendido.

Asfalto provisional - en obras

Poco a poco, me acerco a la dificultad de la jornada, que sería el alto de San Esteban. Al menos en principio... porque todavía no tengo claro cómo va a seguir la mañana.

El alto de San Esteban me recibe como siempre, con su rampa del 6% nada más empezar. No es que sea mucho porcentaje, pero coincide con una de las rampas más duras de todo el puerto. En total son 7 km, con un porcentaje medio que ronda el 3,5%, aunque es bastante irregular, alternando falsos llanos e incluso pequeñas bajadas con tramos del 6-7%, e incluso una rampa del 8% que ha surgido a partir del reasfaltado.

Rampa del 7%

Además, salvo entre los km. 5 y 6, estas rampas no tienen demasiada continuidad, y son seguidas con otras del 2-3%, o, como digo, pequeños descansillos.

Me voy encontrando bastante bien de piernas, y llego arriba con buenas sensaciones.

Cartel del alto.


Nada más coronar, el firme cambia de nuevo, y me vuelvo a encontrar con mi viejo amigo, el antiguo asfalto de esta carretera. No creo que esté peor que estaba antes de las obras, pero con el brusco cambio entre uno y otro, la dejadez del viejo se hace todavía más patente.

El cambio es más que evidente. Y eso que la foto no le hace total justicia...

Llego a Castejón tras completar el descenso, con las manetas de freno incrustadas en las palmas de las manos, sorteando baches a diestro y siniestro, e incluso teniendo que hacer de agente de tráfico cuando un coche quería adelantarme en el justo momento que me encontraba de frente un grupo de compañeros (y todos a la vez no cabíamos, naturalmente).
Y como me encuentro bien de piernas, y hace mucho que no subo el alto de Sierra de Luna... para allá que me voy. Giro a la derecha, enfilando dirección Sierra de Luna y comienzo la ascensión de dicho alto.

Afronto la cara amable del puerto, ya que son 6 km bastante suaves en general, con los 4 primeros rondando el 2%, llegando al 4% en muy contadas ocasiones, y dos últimos km algo más duros, pero sin sobrepasar en ningún momento el 6%. Eso sí, el viento, suave hoy por suerte, comienza a entrar de cara en algún tramo, y el asfalto también contribuye a endurecer la subida. Al fin y al cabo, no deja de ser un camino vecinal asfaltado (CV-851).

Parte de la subida.

La carretera se va encajonando poco a poco, hasta el punto de parecer no tener salida, entre las Sierras de Erla y de Las Pedrosas (enfrente, en la foto).

Llego a la cumbre del alto, y hago una parada en el camino, recreándome con las vistas que se pueden disfrutar desde allí.

Impresionantes vistas desde la cima.

Afronto el descenso, de nuevo con mucha precaución, ya que además de los numerosos baches, hay bastante gravilla suelta en los laterales. Por este lado la subida se hace más dura y es mucho más escénica. 6 km en total, aunque en los tres últimos abundan rampas del 7 y el 8%. Además, el paisaje es espectacular.

 Parece mentira que esté en Zaragoza.

Termino el descenso entrando en Sierra de Luna, sigo recto hasta la nacional y giro a la derecha, para hacer la parada en el pueblo contiguo de Las Pedrosas, que daba nombre a la sierra que se ve en la foto.

Tras un descansito corto, de apenas 15 minutos, salgo de nuevo hacia Zaragoza. Desde Las Pedrosas, poco que contar, carretera nacional de continuo hasta casa, con tramos descendentes o llanos en su mayoría, y sin demasiado atractivo. El disfrute ya lo traigo conmigo.

Llego a casa después de 4h 59min, con 110 km en las piernas, a una media de 22 km/h, y un desnivel acumulado cercano a los 900 metros. Y lo más importante, con ganas de repetir muchas como esta. Con las pocas ganas que tenía de salir por la mañana...


Saludos.

sábado, 17 de mayo de 2014

"Contratiempo" y marea

A veces, una cosa es la idea que llevas en la cabeza, y otra muy distinta la que al final puedes llevar a cabo. Y si bien la idea era llegar a Monegrillo el pasado jueves, para lo que Julián y yo habíamos quedado a las 8 de la mañana, no es menos cierto que pronto se truncó el plan inicial.

Un contratiempo con el despertador hizo que me despertase a las 8:10, y eso porque Julían me llamó al móvil, para ver porqué no bajaba. Con gran impotencia, acordamos que él se vaya por delante, tranquilamente, mientras yo me cambio y salgo en su búsqueda. Apenas 20 minutos después estaba ya dando pedales, con el traje de faena.

Salgo rápidamente hacia la carretera de Villamayor. Desde un primer momento, por la cabeza me pasa la idea de no cebarme, a pesar de ser muy tentador. Julián va por delante, me va esperando, y el cuerpo tiende a dar un poco más de sí para intentar ganar terreno. Pero la carretera que me va a tocar rodar es muy traicionera, y esforzarme más de lo debido puede pasarme factura. Así que intento, sin demasiada fortuna, que sea la cabeza quien gane al corazón en este caso, y me haga ir a un ritmo sostenible.

Llego a Villamayor, y continúo hacia delante. Primeras rampas de un terreno que siempre tirará hacia arriba, hasta el cruce de Farlete, unos 10 km. más adelante. A la salida del pueblo, una rampa del 6% con curva a derechas comienza a probarme las piernas. Salgo airoso, y las sensaciones no son malas. Seguimos hacia adelante.

Cuando alcanzo la entrada del cementerio, me quedo pensando en el tiempo que llevo, que si en ese punto suele rondar los 30 minutos, hoy llevo poco más de 26. Me estoy dando caña, espero que no demasiada. La mente me avisa sobre posibles excesos, aunque sigue siendo difícil controlarme. Inconscientemente voy más deprisa de lo normal.

Sigo subiendo, y sin grandes apuros me voy acercando al cruce de Farlete, donde diviso ya a Julián. Me comenta que ha ido con mucha calma, y que apenas hace 5 minutos que está allí. Fresco como una rosa de piernas, cuando a las mías les he metido cera de la buena... veremos como acabamos el día.

Tomamos el desvío de Farlete, ya el uno en compañía del otro. El primer tramo, a pesar del arreglo de la carretera, es bastante botoso, y es que se han dejado pocos euros en este tramo... pero bueno, mejor poco que nada. La carretera sugiere hacer la trazada por el centro, y teniendo en cuenta que nos encontramos tres coches en los 17 km. desde el cruce, desde luego es la mejor opción.

Los primeros 4 km desde el cruce son siempre subiendo, en ocasiones rampas del 4-5%, otras veces sólo una ligera ascensión. Vamos hablando, lo que hace que nos lo tomemos relativamente calmados. Llegamos a una zona de molinos, y a partir de ahí, la carretera se hace algo más llana. En pocos tramos es realmente plana, pero las subidas se alternan con bajadas en un terreno de asfalto rectilíneo. Hasta 6 km sin curva alguna, rodeados de campos hasta donde alcanza la vista. Ni un arbol, ni una población, ni una granja. Sólo campos yermos. La verdad es que resulta un poco abrumador.

Afrontamos un tramo de bajada, alternado con llanos, que nos deja a los pies de Farlete. Todavía pensando en si seguir con el plan inicial (Monegrillo), decidimos finalmente quedarnos aquí, por motivos de tiempo fundamentalmente.

Entrada a Farlete.

Nos metemos por una de las calles del pueblo, hasta encontrar un bar donde hacer un descanso. Desde allí, se ve una buena panorámica de la torre de la iglesia.
Tras el refrigerio, vuelta por donde hemos venido. El viento que nos había ayudado a la ida nos perjudica ahora, pero el asfalto cambia a la inversa. Y pasados los kilómetros, comprobamos que el factor carretera es más importante que el viento, tal y como avazamos a ritmos de 28-30 km/h. Volvemos a salir a la carretera de Villamayor, y enfilamos hacia casa.

No fue una gran mañana de pedaleo, pero se pudieron salvar los muebles con 65 km y 465 metros de desnivel en 2h 45min, para una media de 23,7 km/h.


Próxima salida, si no pasa nada, el domingo, con ruta aún por determinar. Llevo idea de hacer otra de mis rutas largas... pero todavía no tengo pensado por dónde. A buen seguro, habrá que sacar tiempo para dar detalles por aquí.

Saludos.

domingo, 11 de mayo de 2014

El cierzo manda

Hace ya tiempo que tanto Julián como yo tenemos en la cabeza la idea de hacer una ruta por Farlete y Monegrillo, sobre todo desde que reasfaltaron la carretera, pero el tema no es tan sencillo como pudiera parecer. De hecho, hoy era el día señalado para hacerla, pero el cierzo, ese famoso personaje que tanto gusta de hacerse de notar por estas tierras, ha vuelto a hacer acto de presencia, obligándonos a un cambio de ruta. El problema, que la carretera de Farlete, a la vuelta, es en contradirección del cierzo. Y si sopla... mejor no intentarlo.

Así pues, con este panorama, salimos a las 8 de la mañana hacia Leciñena por Peñaflor. El día ha amanecido bastante agradable de temperatura, a pesar del viento que ya sopla, y que nos da de costado. El mismo asfalto de siempre, muchos baches y gravilla suelta a pesar de que la impresión general no es mala. Se nota que es domingo temprano, apenas nos encontramos coches en el trayecto.

Llegamos al cruce de Leciñena, giramos a la derecha y comenzamos a subir ligeramente. Desde aquí, y hasta casi llegar al citado pueblo, la carretera va aumentando de altitud, aunque lo hace de forma suficientemente ligera para no incomodar demasiado. Además, el cierzo juega ahora a nuestro favor, lo que todavía lo hace más llevadero. Tras 13 km, llegamos a la parte más alta del cruce, y descendemos rápidamente, entrando en Leciñena.

Giramos a la derecha, y nos proponemos subir el alto de Alcubierre. Vamos con tiempo, ya que hemos salido pronto, y aunque la forma física no es la mejor, para allá que nos vamos. Este puerto consta de 5 km, aunque tiene un par de descansillos - bajadas en medio, que lo hacen más llevadero. Lo peor, los dos últimos km, en torno al 6%. Debido al ajetreo de esta última semana, mis piernas se acaban resintiendo al final de la ascensión, y los últimos metros se me hacen un poco largos, pero coronamos sin mayor problema.



Alto de Alcubierre.

Damos la vuelta y bajamos de nuevo a Leciñena para hacer la parada. El cierzo que hasta ahora nos favorecía, más en unos puntos que en otros, nos vendrá a partir de ahora en contra, y en el descenso del puerto tenemos las primeras muestras. 
Nos dirigimos a Perdiguera, que pasamos no sin antes afrontar ese pequeño repecho al 7% que tiene para entrar (apenas 300 metros). El cierzo es cada vez más fuerte, sin llegar a ser un problema serio, pero llegando a la categoría de "molestia importante". Vamos dándonos relevos, mientras la bici se mueve al compás de los bandazos que recibimos a lo ancho del arcén.

Entre Perdiguera y Villamayor. Las amapolas nos flanquean el paso.

Tras cruzar Villamayor, llegamos a Zaragoza para poner fin a la salida de hoy. Finalmente, 80 km, con 670 metros de desnivel, en 3h 32min, a 22,5 km/h de media.
Saludos.