martes, 25 de febrero de 2014

Terminando febrero: Jaulín

Hoy he tenido fiesta en el trabajo, y he aprovechado a darle un poquito a la bici. Poco a poco nos vamos metiendo en harina, las rutas van siendo más exigentes y las piernas aguantan un poco más.

Salimos Julián y yo a las 8:45 de casa, rodeamos el tercer cinturón hasta el cementerio y nos metemos por el parque de Atracciones a la rotonda de Valdespartera. Nos encontramos con muchos ciclistas, al menos tres grupos numerosos y varios más que van solos o por parejas. Que para ser martes, no está nada mal. Desde este momento, notamos el aire de frente que nos viene dando, y que aumentaría paulatinamente de intensidad a lo largo de la mañana.

Pasamos Cuarte, Santa Fe, Cadrete y María de Huerva, con sus respectivas zonas industriales intermedias. La verdad, qué fea es esta entrada en Zaragoza, viendo únicamente naves industriales, la mayoria abandonadas. Tras algo más de una hora de pedaleo, nos acercamos a la salida de Botorrita, que cogemos en el preciso momento que nos juntamos con un grupo de unos 10 ciclistas, que siguen recto hacia Muel.

Por fín podemos descansar un poco del viento al variar nuestra dirección, y tras la rampa al 7% a la entrada de Botorrita, la ruta se hace algo más llevadera. La carretera sigue subiendo, poquito a poco, pero el viento ligeramente favorable nos ayuda. También el reasfaltado reciente de esta carretera. Esta es la diferencia entre lo que había y lo que hay ahora:

Así era el asfalto antes...

Y así es ahora. Una verdadera alfombra.

Las fotos no corresponden al mismo tramo, evidentemente, pero puede servir como comparación. El resultado, la carretera está volviendo a tener ciclistas, ya que la ruta en sí da mucho juego, pudiéndose hacer múltiples combinaciones.
 
Tras varios kilómetros de terreno picando continuamente hacia arriba, unas veces más y otras menos, pero sin dejar de subir, llegamos a un repecho de alrededor de un kilómetro, con una pendiente del 7-8%, con el viento de cara al comienzo, aunque tras la primera curva lo evitamos y no nos vuelve a dar. Poco a poco vamos subiendo, notando ya las piernas cargadas. Tras coronar, una recta de otro kilómetro para entrar en Jaulín.

Descartamos la subida al puerto por esta vez, y desandamos el camino. La vuelta se hace rápida. Durante la carretera de Jaulín, porque es continuamente hacia abajo, y ya en la de Muel, porque el viento que nos molestaba a la ida, nos ayuda ahora. Alcanzamos los 40 km/h en llano sin apenas darle a los pedales.

Finalmente, entramos en Zaragoza, con 72 km en 3h25min, y una media de 21,1 km/h. Finalizo un febrero para enmarcar, con nada menos que 7 salidas y 525 km acumulados, para un total en lo que llevamos de año de 748. La próxima salida será ya en marzo...

Saludos.

jueves, 20 de febrero de 2014

Nigüella - Fuendejalón

Allá vamos, que estamos a miércoles y todavía no he hablado de la salida que pude organizarme para el domingo, saliendo de mi habitual Zaragoza para trasladarme a Nigüella, con lo que ello supone: un tiempo algo más frío, peores carreteras y "periodo de aclimatación" para las piernas, a cambio de una naturaleza mucho más cercana, y poder perderte en esa soledad que inunda la mayor parte de estas tierras.

Se cumplie punto por punto el guión, y la mañana amanece con bastante frío, en torno a los 4ºC. La sensación térmica en la bici sempre es algo menor, pero eso no me hace flaquear (mentalmente, al menos). Salgo de Nigüella a las 8:45, comenzando por la salida a la carretera, primeros 300 metros que, con las piernas frías como témpanos, se me hacen duros al llegar arriba. Increíble, pero cierto. Me dirijo hacia Mesones, la carretera va bajando hasta llegar cruzar el río, y comienzo el repecho de 500 metros de entrada al pueblo. Cruzo el cartel de entrada a la villa entre jadeos, las piernas se quejan del esfuerzo. Y llevo la friolera distancia de... 2km.

A esto me refería con "periodo de aclimatación". Me pasa siempre que bajo al pueblo con la bici, y en menor medida, cuando la bajo a Jatiel. Tengo el cuerpo tan acostumbrado a "calentar" antes de empezar a subir (en Zaragoza rara es la vez en que no llevas tus buenos 10 o 15 km llanos antes de pedir esfuerzos extras) que cuando salgo por Nigüella, al no tener ese calentamiento (10 km llanos? aqui??), las piernas se agotan en seguida. Por suerte se suele pasar al cabo de 25-30 minutos.

El tramo entre Mesones y las minas de Tierga se hace interminable. A la aclimatación se suma el estado de la carretera, rugoso al nivel papel de lija grano grueso, y lo que parece un terreno más o menos llano es un continuo ascender, poquito a poco, que no permite subir de 16 o 17 km/h. Un gran perro blanco me da un susto considerable, aun estando bastante lejos de la carretera y dentro de unas granjas valladas. Pasadas las minas, el asfalto sigue igual, pero al menos los repechos y bajadas hacen el tema más entretenido.

Llego a Tierga bastante cansado. Madre mía, 12 km. Para Fuendejalón me quedan... bah, da igual. No quiero saberlo...

Nada más salir de Tierga, comienzo el puerto de la Chabola. Varias veces se ascendió en la extinta Vuelta a Aragón, y se utilizaba en la cicloturista Moncayo 4 cimas, aunque por la otra vertiente. En seguida comienza el zafarrancho, así que, para no acusar la falta de forma, despacito y buena letra, sin forzar mucho.


Poco después de salir de Tierga

El puerto en sí tiene tres partes bien diferenciadas, una primera de algo más de 2 km al 5%, muy revirado, en el que salimos de Tierga y nos dirigimos a un pequeño altiplano.

Tierga desde lo alto

Una vez ascendido esta primera parte, nos esperan 5 km de continuos y cortos repechos, mezclados con descansos y pequeñas bajadas, picando continuamente hacia abajo, pero sin perder mucha altura. Finalmente, la tercera parte serán 5 km a un desnivel aproximado del 4,5%.


 Poco antes de coronar. 


Disfruto mucho de esta subida, principalmente por la calma con la que me tomo la ascensión. Cuando llego arriba, hace más de una hora que no oigo ningún motor en marcha. Se respira auténtica paz.

Cartel del puerto en la cima.

 Altimetría del puerto a la ida.

Nada más pasar el cartel, me cruzo con varios motoristas, que me da la sensación de mirarme sorprendidos. Comienzo el descenso, aunque la bici no llega a acelerarse mucho con este asfalto... pero el sólo hecho de avanzar sin darle a los pedales, el aire puro dándote en la cara, contemplando el paisaje, hace que se disfrute mucho.

Tras más de 4 km de descenso, y 16 desde el último pueblo, en un cambio de rasante me encuentro con esta estampa, que no tengo más remedio que inmortalizar con la cámara.

Vista del bonito pueblo de Tabuenca.

Continúo con el descenso, hasta el desvío de Fuendejalón. Desde allí, 6 km continuos hacia abajo, si bien no muy pronunciado, sí que se nota que la bici va bastante más alegre que hasta ahora. También se nota la diferencia del asfalto, este último tramo está arreglado de no hace mucho...

Parada para el café aquí, en Fuendejalón, y vuelta por el mismo camino. Toca ahora la otra vertiente del puerto, más constante, aunque algo más tendida. 13 km. al 3%, con dos salvedades a tener en cuenta: último km al 5% y una rampa, cruzando Tabuenca (a 5km de coronar), al 7%. Que bajando no te das cuenta de ella, pero subiendo es otro cantar...

Altimetría a la vuelta.

Tras coronar, bajada a Tierga, Mesones y Nigüella. A estas alturas, casi cada cuesta me supone un esfuerzo, pero la verdad es que ha merecido muchísimo la pena.

79 km. salen al final, en algo más de 4h y una media de 19,4 km/h. Otra ruta más que conozco, era la primera vez que pasaba de Tierga en esa dirección.

Las imágenes de las altimetrías han sido cedidas por www.climaynievepirineos.com.

Saludos.

jueves, 13 de febrero de 2014

Puerto de Alcubierre - Ermita Villamayor

Poco a poco va tocando meterle caña al cuerpo, y hoy he aprovechado dia de fiesta en el tajo para darme una buena sesión, aunque acorde al nivel que llevo, que todavía estamos a primeros de año y no conviene pasarse. Ha sido otra de esas ocasiones en las que se comienzan las rutas sin saber muy bien hasta donde se va a llegar, ya que en principio iba a ir hasta Leciñena.

Salgo un poco antes de las 9 de casa, y me dirijo por la carretera de Peñaflor al cruce de Leciñena, donde giro a la izquierda. Hasta entonces todo llano, a partir del giro comienza a picar hacia arriba, alternando zonas de falsos llanos con alguna rampa aislada de hasta el 5%. Sin prisa pero sin pausa voy ganando altura, por zonas que tengo tan trilladas de años pasados que me conozco casi cada metro. Ahora viene curva a la derecha, descansillo y comenzamos a subir otra vez, curva a la izquierda, cartel comarcal de los Monegros... todo sigue en su sitio. Muy bien.

Al cabo de 13 km. coronamos el alto de Leciñena, aunque quizá sea demasiada denominación, al menos por este lado. Por el otro son 2km, el primero al 8% y el segundo en torno al 4%, que todavía podría llamarse así. En lo más alto, una edificación que más parece una ermita que una casa particular, aunque curiosamente no tiene ninguna cruz por ningún lado, sino veletas y adornos por el estilo. Sigo sin saber qué es exactamente.

Alto de Leciñena.

Bajo hacia el pueblo, y como me veo bien de piernas continúo hacia delante, hasta el km 29 de la carretera que viene de Perdiguera, y que marca el comienzo del puerto de Alcubierre. Cuando lo alcanzo, y notándome todavía fresco, sigo para arriba. Ya que estamos aquí...

El puerto pesa, la forma física no es la mejor todavía, y el último km se me hace largo. Tomo la decisión de estos casos, meter marchas suaves y despacito y buena letra. En los últimos 600 metros comienza a llover incluso, pero no caen gotas que avisen al principio y arrecia después poco a poco. Un segundo no llovía y al siguiente sí. Corono, hago la foto correspondiente todo lo rapido que puedo, y vuelvo para Leciñena rápidamente.


Comienzo el descenso y me pasa al contrario, pasados unos 600 metros, un segundo llovía y al siguiente no. Para de repente. Qué curiosas son estas lluvias esporádicas. Al entrar en Leciñena casi se adivinaba ya el sol. Hago la parada pertinente, y emprendo el camino de regreso por Perdiguera y Villamayor.

La vuelta la hago con sol, pero se levanta viento que me da de cara todo el camino, menos mal que no es muy fuerte, y suaviza conforme llego a Zaragoza.

Al pasar por Villamayor, veo otra vez la ermita a lo alto del pueblo, y me pongo a investigar cómo se sube allí, ya que he pasado infinidad de veces y nunca he subido. La investigación en sí dura poco, desde la carretera está indicado perfectamente:

La ermita desde la carretera, a la derecha. Al fondo, Villamayor
y los unifamiliares de Santa Isabel. A lo lejos, Zaragoza.

Desde la misma carretera se ve la calle que sube a la ermita.

La subida en sí no tiene ningún misterio, apenas son 300 metros hasta llegar arriba.

Santuario de nuestra señora del Pueyo.

Vista de Villamayor desde arriba. Zaragoza comienza donde 
se ven las zorreras del fondo (vaya asco de aire respiramos...)

Poco más hasta casa, donde llego a las 13:10. 82 km en total, en 3h 47min, para una media de 21,65 km/h. Bastante aprovechada la mañana.

Un saludo.
Adrian.

domingo, 9 de febrero de 2014

Lapaul

Nueva ruta la de esta mañana, destinada de nuevo a sumar kilómetros en las piernas que, aunque sean en llano, vienen bien para ir cogiendo forma poco a poco de cara a los meses centrales del año.

Salimos Julián y yo a las 9, camino de Lapaul, por la autovía de Huesca hasta la USJ, Villanueva, Zuera y de ahí hacia Lapaul.

La mañana, muy fresca, o más bien fría. La temperatura no era demasiado baja, pero el viento que nos ha ido dando todo el camino era realmente helador, aun no siendo fuerte. Ha costado muchísimo entrar en calor.

En la llegada al pueblo nos hemos encontrado a dos grupos de ciclistas en el mismo bar, dejando una curiosa estampa en cuanto a número de bicis:


Parada técnica, y vuelta para casa. El mismo frío, aunque variando un poco la ruta para hacerlo más llevadero, pasando por Peñaflor y Montañana.

Al final, 82 km en 3h 24min, con una media de 23,8 km/h.

Saludos.

viernes, 7 de febrero de 2014

Investigando las obras: Carretera de Farlete (A-1104)

Una mala jugarreta del despertador me ha hecho cambiar los planes que tenía para hoy. Quería haber ido a Leciñena por Peñaflor, para empezar a subir algo, que las piernas se vayan acostumbrando al terreno inclinado, que a pesar de la subida al alto de Jaulín de enero, las piernas no están nada puestas en esta época del año. El problema es que programé el despertador, pero no activé la alarma, y a lo que he abierto el ojo eran casi las 9 de la mañana.

Tras unas dudas de si salir o no, finalmente me decido a vestirme de faena, y a las 10 salgo de casa, con el cielo bastante encapotado y pensando en cómo puedo exprimir al máximo las dos horas y media o tres que tengo hasta volver a casa.

Con esto en la cabeza, me planteo ir por la carretera de Villamayor, que tiene como ventaja que, tras 3 km llanos, al entrar en el pueblo comienzan a sucederse rampas con descansos, pero siempre picando hacia arriba y ganando paulatinamente altura. Es la carretera más apropiada para exigirle un poco al cuerpo sin apenas salir de Zaragoza. Así pues, enfilo para allá. Cruzo Santa Isabel, y me dirijo a Villamayor, donde me espera el cielo completamente despejado que ya no me abandonaría.

Unos km después, calculando que no me daría tiempo a mucho más que ir hasta Perdiguera, recuerdo que, meses atrás, había obras en la carretera de Farlete. Se trata de la A-1104, otra de tantas carreteras aragonesas que los ciclistas habíamos dejado de transitar por el demencial estado del asfalto.

Llego al cruce de Farlete, y para allá que me meto. Veo que el asfalto está bastante nuevo y, sobre todo, que ya no está el cartel de obras que había al comienzo. Pronto llega la desilusión. La carretera está reasfaltada, sí, pero la capa de asfalto nuevo es tan fina que apenas ha servido para quitar los socavones. El firme está sin boquetes, pero sigue muy rugoso y el rebote se hace habitual. Ahora, en honor a la verdad hay que decir que la cosa ha mejorado bastante, ya que no tienes la sensación continua de poder pinchar en cualquier momento.

5 km después de haberme metido en esta carretera, giro a la derecha, por un camino de hormigón que me conduce a Perdiguera. Descanso allí, café y media vuelta, que no dispongo de mucho tiempo. La vuelta con mil ojos, que siempre que vuelvo por esta carretera, pincho. Me había pasado las últimas 4 veces!!! Pero hoy he conseguido llegar a casa sano y salvo.

Me hubiera gustado añadir fotos, pero no tengo forma de sacar del movil las que he hecho... así que para la próxima llevaré la cámara de fotos, así no habrá problema.

52 km finalmente, en 2h 19min de pedaleo. 22,6 de media. Ya van quedando menos carreteras infames, al menos alrededor de Zaragoza. Eso sí, en cuanto nos alejamos ya es harina de otro costal...

Saludos.