domingo, 11 de mayo de 2014

El cierzo manda

Hace ya tiempo que tanto Julián como yo tenemos en la cabeza la idea de hacer una ruta por Farlete y Monegrillo, sobre todo desde que reasfaltaron la carretera, pero el tema no es tan sencillo como pudiera parecer. De hecho, hoy era el día señalado para hacerla, pero el cierzo, ese famoso personaje que tanto gusta de hacerse de notar por estas tierras, ha vuelto a hacer acto de presencia, obligándonos a un cambio de ruta. El problema, que la carretera de Farlete, a la vuelta, es en contradirección del cierzo. Y si sopla... mejor no intentarlo.

Así pues, con este panorama, salimos a las 8 de la mañana hacia Leciñena por Peñaflor. El día ha amanecido bastante agradable de temperatura, a pesar del viento que ya sopla, y que nos da de costado. El mismo asfalto de siempre, muchos baches y gravilla suelta a pesar de que la impresión general no es mala. Se nota que es domingo temprano, apenas nos encontramos coches en el trayecto.

Llegamos al cruce de Leciñena, giramos a la derecha y comenzamos a subir ligeramente. Desde aquí, y hasta casi llegar al citado pueblo, la carretera va aumentando de altitud, aunque lo hace de forma suficientemente ligera para no incomodar demasiado. Además, el cierzo juega ahora a nuestro favor, lo que todavía lo hace más llevadero. Tras 13 km, llegamos a la parte más alta del cruce, y descendemos rápidamente, entrando en Leciñena.

Giramos a la derecha, y nos proponemos subir el alto de Alcubierre. Vamos con tiempo, ya que hemos salido pronto, y aunque la forma física no es la mejor, para allá que nos vamos. Este puerto consta de 5 km, aunque tiene un par de descansillos - bajadas en medio, que lo hacen más llevadero. Lo peor, los dos últimos km, en torno al 6%. Debido al ajetreo de esta última semana, mis piernas se acaban resintiendo al final de la ascensión, y los últimos metros se me hacen un poco largos, pero coronamos sin mayor problema.



Alto de Alcubierre.

Damos la vuelta y bajamos de nuevo a Leciñena para hacer la parada. El cierzo que hasta ahora nos favorecía, más en unos puntos que en otros, nos vendrá a partir de ahora en contra, y en el descenso del puerto tenemos las primeras muestras. 
Nos dirigimos a Perdiguera, que pasamos no sin antes afrontar ese pequeño repecho al 7% que tiene para entrar (apenas 300 metros). El cierzo es cada vez más fuerte, sin llegar a ser un problema serio, pero llegando a la categoría de "molestia importante". Vamos dándonos relevos, mientras la bici se mueve al compás de los bandazos que recibimos a lo ancho del arcén.

Entre Perdiguera y Villamayor. Las amapolas nos flanquean el paso.

Tras cruzar Villamayor, llegamos a Zaragoza para poner fin a la salida de hoy. Finalmente, 80 km, con 670 metros de desnivel, en 3h 32min, a 22,5 km/h de media.
Saludos.

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