Todavía con la resaca de la etapa del domingo, esta mañana nos hemos vuelto a enfundar las vestimentas ciclistas y nos hemos dirigido a Ontinar de Salz. Etapa casi completamente llana, la hemos utilizado esta vez para no cargar demasiado las piernas, como jornada de transición que dirían los profesionales, después de la subida al alto de Valmadrid de antes de ayer.
Reseñable un extraño viento lateral "por el lado contrario a la costumbre", ya que no era cierzo, sino que venía del este... bastante incómodo en algunos tramos.
Para el fin de semana queda (tiempo mediante) lo más jugoso de esta semana, en la que la idea es coronar la ermita de Nuestra Señora de Magallón, en Leciñena, con su "famosa" rampa del 17%... veremos si las piernas dan de sí, y lo que es más importante, si la predicción se equivoca... porque da cierzo con ganas para el sábado.
Un saludo.
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