lunes, 6 de enero de 2020

Comenzamos 2020

Tras un montón de tiempo con el blog en el dique seco, me he dado una nueva oportunidad de narrar, para quien tenga a bien leerme, mis aventuras y desventuras sobre la flaca, amén de otras historias de similar calibre.

Con un 2019 terminado con 3000 km en las piernas, la participación en la Challenge 80 de la Montsec-Montsec para mayo, y la mayor proporción metros ascendidos/km desde que salgo en bici, inaugure el 2020 como no podía ser de otro modo, buscando subir un poquito, aunque las piernas no estaban muy por la labor debido a los excesos navideños.

9:15 de la mañana, salgo de casa con 0°C en el termómetro, aunque sin niebla. Cruzo Zaragoza casi de lado a lado y salgo por Miralbueno dirección La Muela, objetivo final de la ruta. Paso por el Camino de Bárboles, el aeropuerto y Plaza. Conforme me alejo de Zaragoza voy ganando altitud, lo que me hace entrar en calor, además del sol, que llevábamos días sin disfrutar por culpa de la niebla.

Cruzo Ciudad Zaragoza Golf, un macropelotazo urbanístico que se quedó en el aire, lleno de cimientos de chalets, que miran tristes e inacabados. Allí solo vive una decena de personas, en el único bloque que acabaron entregando antes de quebrar. ¿Cuanta gente quedaría atrapada en deudas y sin casa?

Tras dejarlo atrás, cruzo el polígono Centrovía y afronto la subida a La Muela, 1'5 km de ascensión con rampas entre el 4 y el 8%, entre pinares.  Las piernas se resienten, han perdido algo de forma, pero llego arriba sin demasiado problema.

Parada para el café, y vuelta para Zaragoza, por el mismo camino y casi siempre favorable. Finalmente, 69 km y 622 de desnivel, que para comenzar el año no es moco de pavo.

Ruta Strava: https://strava.app.link/Tm5yuWUY12

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