Ya tocaba, después de la tormenta, tanto figurada (por los puertos acumulados) como literal (vaya agua nos cayó encima el último día...), que volviese la calma. Y vaya si ha vuelto, el cuerpo ya pedía un poquito de llaneo, con lo que la ruta de ayer fue casi completamente llana, desde Zaragoza a La Paúl, teniendo como única elevación del día la subida a su ermita, unos 500 metros que comienzan con una rampa del 8%, pero que en seguida suaviza.
Ahí vemos la ermita, con Julián y la bici de un servidor apoyada en el murete, mientras hacía la foto.
Lo que sí tuvimos, para dar y regalar, fue sol y calor... he llegado con los brazos rojos a casa... va a haber que añadir la crema solar a los preparativos de las rutas ciclistas a partir de ahora.
83 km en total, en 3h30, para una media de 23,8 km/h. El sábado esperamos nueva ruta, sin grandes alardes que, como ayer, hay que ir luego a trabajar... veremos lo que se puede hacer.
Saludos.
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